La vacunación contra COVID presenta una potencial pesadilla
- Medicert

- 17 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Nadie ha hablado mucho al respecto, pero los profesionales de salud pública se encuentran en alerta por una potencial pesadilla al iniciar la vacunación en masa y no, no se refieren a una serie de probables eventos adversos ya que las pruebas clínicas han dejado en claro las pocas probabilidades al respecto. La pesadilla, discutida en pequeños grupos online y en los centros de investigación fue esta:
¿Y si la vacuna reduce la severidad del COVID 19 pero no la transmisión de la infección?
En otras palabras ¿y si la vacuna hace que alguien que se habría enfermado de COVID 19 con el confinamiento en casa correspondiente sea un portador asintomático esparciendo el virus por su comunidad y por el mundo?
Es una idea razonable, recordemos que las pruebas de vacunación fueron diseñadas para ver si la vacuna prevenía los casos sintomáticos de COVID 19 y no la totalidad de la infección. Y por supuesto que eso es correcto, sin embargo, es muy importante llevar los casos a ser asintomáticos. Como sabemos, las vacunas en general disminuyen la severidad de las enfermedades, lo que a nivel personal es crítico, pero desde la perspectiva de salud pública también se quiere reducir la tasa de contagio.
Las autoridades de salud pública a nivel mundial han sido cuidadosas al respecto señalando que todavía no sabemos si las vacunas reducen la transmisión del virus y piden a las personas vacunadas mantener sana distancia, el uso de mascarillas y cubrebocas, además de implementar cualquier otra medida que ayude a disminuir los contagios. Aunque siendo lógicos sería muy difícil tener una vacuna que es efectiva en el 95% de los casos mitigando los síntomas y pensar que no tiene efectos sobre la capacidad de infección.
El mejor argumento para la duda de este artículo es que las vacunas generan anticuerpos como la IgM en sangre, pero no anticuerpos como IgA, por lo que la vacunación puede prevenir de infecciones sistémicas y graves pero el virus podría seguir siendo viable en las mucosas nasales.

Así que ¿qué pasa si en esta hipótesis la vacuna es tremendamente efectiva para los síntomas y la gravedad de los casos, pero no reduce las infecciones del todo? Técnicamente hará que las personas que desarrollarían la enfermedad y se mantendrían aislados por ello se vuelvan portadores asintomáticos diseminando el virus entre la masa que aún no está vacunada.
Si analizamos el protocolo en las pruebas de AstraZeneca en Reino Unido que incluyó semanalmente muestreo nasal, sin importar la presencia de síntomas, obtenemos datos suficientes del número de personas portadoras asintomáticas en los grupos vacunados y de control, podemos ver una significativa reducción en todos los tipos de infección incluidos los asintomáticos.
Son excelentes noticias porque la pesadilla ocurriría sólo si la vacunación aumenta el número de casos asintomáticos. ModeRNA tiene datos también, aunque no con la obtención sistemática que vimos anteriormente, en sus pruebas hicieron muestreo nasal de todas las personas antes de recibir la segunda dosis de vacuna. Aunque estas personas no habían recibido protección completa podemos considerar un resultado similar con una reducción importante en todos los tipos de infección incluida la asintomática.
Así que ¿Las personas vacunadas pueden quitarse los cubrebocas? NO, no todavía. Claramente hay un buen número de casos asintomáticos aún después de haber recibido la vacuna que afortunadamente es mucho más pequeño que en la población no vacunada. Hay dos formas discutibles de enfrentar esta situación, la primera es tener un sistema general de testeo para tratar de detectar la mayoría de los casos asintomáticos, capacidad que aun no se encuentra disponible en ningún país, la segunda es vacunar a todos lo más pronto posible y en una sola campaña tal como sucede en la temporada de vacunación de influenza. Así si todos son vacunados, o por lo menos la población de alto riesgo, el impacto de la transmisión por asintomáticos será seriamente disminuida.

El siguiente dato que buscar serán las pruebas de anticuerpos postvacunación. Las vacunas de proteínas y de RNAm están enfocadas en la proteína Spike lo que significa que las personas vacunadas tienen anticuerpos anti-Spike. Si estas personas tienen además anticuerpos contra otras partes del virus significaría que también fueron infectadas por alguno de los tipos “salvajes” o naturales del virus. En ausencia de muestreos nasales diarios para entender el riesgo real de contagio causado por personas asintomáticas.

Por ahora podemos dormir tranquilos, no habrá pesadillas por un incremento de contagios al aumentar el número de casos asintomáticos.
Por ello la aplicación aleatoria de pruebas nasales para detección del virus cubra una relevancia sin precedentes.
Dr. Eduardo M. Martínez Sañudo.






Entonces crees q tengamos q vacunarnos contra el Covid cada año como con la influenza?
Muy bien sitio, gracias