Psicopatología de la infancia posterior a COVID-19
- Medicert

- 28 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Medscape, Noticias y Perspectivas
Dr. José J. Mendoza Velásquez, Psiquiatra
11 de abril de 2022
Hoy tocaremos un tema de suma importancia relacionado con la infancia y los resultados que la pandemia ha tenido para ésta. De manera particular, en estos momentos las circunstancias se vuelven más relevantes debido a los frecuentes cambios con respecto al hecho de volver o no a clases o definir si los modelos deben ser híbridos o presenciales y es necesario entender qué está pasando.
Seis meses antes de la pandemia, hablábamos de una tasa de aproximadamente 5% de depresión en niños de entre 5 y 11 años, sin embargo, posterior a la pandemia la cifra aumentó en 18%, situación muy interesante, porque cuando contemplamos el hecho de trabajar con niños y adolescentes de pronto olvidamos que no conviven únicamente con su propia psicopatología, sino que el mayor desastre ocurre en el contexto en que generalmente el niño también está expuesto a la psicopatología de la familia.
Uno de los principales puntos consiste en que, al final del día muchos cuidadores suelen tener depresión y es probable que esta situación aumente las probabilidades de contraer o desarrollar un síntoma relacionado con algún problema de salud mental, lo que prácticamente es una fórmula segura para el caos.

Bajo esta perspectiva, es importante que consideremos ciertos factores para identificar de forma temprana estos riesgos y solicitar ayuda en caso necesario. Asimismo, existen otras situaciones importantes relacionadas con los determinantes sociales y que deben estar contempladas entre los objetivos de nuestro trabajo con los niños y adolescentes.
Otros aspectos también deben obligarnos a ayudar a nuestros pequeños en la participación de su propio cuidado, a desarrollar mayores puntos de seguridad y a que situaciones sociales o sucesos ambientales no se conviertan en un proceso psicopatológico.
También se ha observado que existen otros datos posibles que pueden desencadenar algunos efectos; dentro de éstos se encuentran los temores que tenemos sobre los infantes que están volviendo a clases presenciales y cuánto cansancio han sufrido por la exposición a las plataformas de internet para videoconferencias, sin embargo, prácticamente nadie se ha dedicado a especificar que ha ocurrido con esto. Gran cantidad de niños tienen suma tolerancia y resistencia al trabajo en línea, aunque muchos se encuentran muy cansados y no es sólo eso: hoy nos enfrentamos a saber cuánto han cambiado los procesos psicosociales de los niños, derivados de la ausencia de contacto humano durante estos dos años, ya que hay personas que han cubierto prácticamente la totalidad de algunos ciclos (sobre todo en el caso de México), como secundaria o preparatoria en pandemia en línea.
Bajo esta situación hemos observado que existen muchas diferencias. No a todos nos afecta por igual, no todos estamos expuestos a lo mismo ni siquiera nuestra conectividad es igual y ante esto, una vez más las circunstancias sociales son prácticamente determinantes del desarrollo de la psicopatología.
Es importante que tengamos un poco más claro lo que podemos esperar sobre el dramático incremento con respecto a las tasas de síndromes depresivos y de ansiedad desarrollados en niños durante la pandemia, lo que se puede ligar de alguna manera potencial con la coexistencia de psicopatologías en la población adulta que está a cargo de ellos; también es relevante entender que cuidarnos a nosotros mismos nos puede ayudar a cuidar a nuestros menores, lo cual es de gran evidencia.





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